lunes, 6 de junio de 2011

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Amanece el Jueves 2 de Junio del año 2011. Me levanto dispuesta a todo. He sido capaz de comprender por completo el libro de matemáticas. Voy a recuperar las de tercero. Y para más seguridad, tengo una pastilla anti estrés, valium pero más suave. Desayuno, me tomo la droja y me disponggo a arrasar.

Al principio, tenía miedo de quedarme fumada perdida, pero a medida que me iba acercando al insituto comprobé que no era así, que solo me relajaba. Así que viví una mañana sin estrés. Contenta, me resultaba alentador saber que no iba a estresarme en el examen de mates... ¿Que no?¡Juas!

Mi suerte, aparentemente óptima por una vez en mi vida, se convirtió en desgracia al llegar la quinta hora. Observo a mi cari, mi niña, el amorcito de mi vida. Vamos, como de costumbre. Y me quedo embobada pensando en ella y en lo linda que es. Pensé en ella como otro punto inspirador a la hora de hacer el examen. FAIL con todas sus letras.

Mi niña llevaba sus cosas tapándole el pecho, por lo que yo la veía como siempre, tal y cual, que tierna que linda... deja las cosas en su mesa. Horror. Mi mayor deseo se ha cumplido. Se ha puesto escote. A la mierda el efecto de las pastillas. Se estaba consumiendo a base de evitar que me pusiera roja como un tomate y me empezase a sangrar la nariz descontroladamente (No sería la primera vez que me pasa en circunstancias similares a esta). Total, que el apoyo pastilla se fue al carajo. Bien, aún me quedaba el depósito de emergencia, el apoyo concentración. Llevaba toda la mañana mentalizándome. Pero claro, este suceso paranormal hizo que solo pudiera fijar la atención en ella y su escote y que se me fuera la cabeza a mundos al límite de la realidad.
Tras 55 minutos de sensaciones agridulces (No estoy segura de lo que sentía. Por un lado me gustó, por otro me resultó incómodo), y aunque a salvo de la temida hemorragia nasal, me estresé pensando en el maldito examen. Comí acelerada, y sentí una especie de tic nervioso en mi párpado. Los minutos se me hacían demasiado cortos, total que cuando quise darme cuenta ya solo faltaban 10 minutos para el examen.

En mis últimos segundos de "tranquilidad", Charlie me prestó su boli de la suerte y yo pisé lo que parecía ser una cagada de paloma. Bien, esto me dio seguridad

-Vale, a ver, le he visto el escote a mi niña, tú me has dejado el boli de la suerte y he pisado una mierda...¡Esto tiene que ir bien como que hay Dios!

Inocente de mí, así lo creí. Las tres y media, cinco minutos para el examen. Me tiré a por el edificio E como si no hubiera mañana mientras que como buena friki y jugadora de World of Warcraft grité:

-¡¡¡¡¡POR LA HORDAAAAA!!!!¡¡¡¡Y POR LADY SYLVANNASSSSSSS!!!

Total, que llego al sitio, enseñó el carnet del instituto y me dan mi examen. Lo leo. Mi reacción mental fue esta (Mirar a partir del segundo 0:23 y poner el volumen bajito para evitar infartos)


Ok. No es que no me supiera nada, al contrario, en teoría me lo sabía (Bueno, esto podré confirmarlo cuando tenga los resultados del examen), lo que pasa es que los muy hijos de su madre me pusieron lo más difícil y rebuscado de cada tema. "Cuentas raras, circunferencias sin radio... ¿¡Pero esto que coño es!?" fue el pensamiendo que rondó mi cabeza. Así que tratando de mantener la calma, hice el examen como buenamente pude y salí.

Al salir, pasé primero unos minutillos sin pensar en nada, sin escuchar música y caminando como programada. A mitad de camino me puse la música y me eché a llorar con todas mis fuerzas. Y luego en casa me puse a despotricar contra todo el mundo a lo bestia entre lágrimas. Pero ahora ya estoy bien, creo...

No sé cuándo me dirán algo del examen, pero ya os contaré como finaliza esta tragicomedia.

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